jueves, 12 de abril de 2012

Sam Gopal - Escalator


Lemmy es un prócer. Eso está fuera de discusión. El tipo estuvo ahí casi desde los inicios de todo este asunto. La fama le llegó recién con Motörhead, a casi diez años de haber empezado su carrera como músico y de sus primeras grabaciones, con los Rockin’ Vickars, a mediados de la década del sesenta. Hay algo mágico en torno a lo que genera; hace que muchas personas que no escuchan habitualmente música pesada consideren a Motörhead un grupo de rock, cuando todos sabemos que es un grupo recontra metalero (al menos desde Orgasmatron en adelante). También logra borrar la frontera llena de prejuicios entre el punk y el heavy y es admirado, querido y hasta reverenciado por miembros de las dos sectas. Era amigote de los Damned y a la vez tenía buena relación con los decadentes melenudos de Los Angeles. Borra fronteras, así de simple. Fronteras que en realidad no existen, pero ese es otro tema. Está más allá del bien y del mal.

¿Y esto? ¿Sam Gopal? Bueno, hay un video en YouTube (el milagro posmoderno) que es imprescindible para quienes conozcan el disco, también para quienes no lo hayan escuchado todavía pero tengan interés. Se ve una especie de barcaza asiática en medio del Támesis, a pasitos nomás del puente de Waterloo. Acercamiento al navío y ahí está la banda tocando. Primero lo muestran al tal Sam Gopal, malayo de nacimiento, con sus tamborcitos en un mal disimulado playback. Después van apareciendo el resto de los miembros de la banda, sucios, desprolijos y con altísimas probabilidades de sustancias tóxicas en el torrente sanguíneo. Lemmy canta y toca la guitarra y se va moviendo en el reducido espacio que tiene. ¿La canción? "Sky Is Burning", uno de los temas de Escalator, el primer y único disco, hoy en día Santo Grial de coleccionistas a lo largo y ancho de este mundo.

¿Cómo suenan? Raro, muy raro. Por empezar el disco está mezclado de una forma extraña y grabado de manera totalmente precaria, dos puntos que no hacen más que sumarle atractivo y originalidad a esta joya perdida. Desde lo musical, la cosa es una especie de folk inglés alucinado, drogón, oscuro por momentos, con un interesante uso de arreglos y florituras orientales, bien a la orden del día, sobre todo de la guitarra líder y en menor medida en el bajo. Según dice la mitología (creer o reventar, como siempre), Escalator fue grabado en una sola noche en una suerte de bacanal de anfetas, LSD y vaya uno a saber que otros condimentos. La música valida esta teoría. Se trata de gente bien "puesta" hablando de misticismo, noches largas y la cara oculta del flower power, que para esta altura ya era historia. Algo así como la banda sonora “no oficial” de la resaca de una larga fiesta.

Según Lemmy, que le resta cualquier tipo de importancia a este trabajo, en su autobiografía declara haber escrito él solo todas y cada una de las canciones de Escalator, letras incluídas. Después vendría su paso por Hawkwind con posterior expulsión en los peores términos y el resto, como todos sabemos, es historia conocida.







Escuchar online en YouTube o en Spotify.







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