miércoles, 6 de julio de 2011

Espers - III


Atemporal. Si tuviéramos que describir la música de Espers en un sola palabra, esa sería perfecta. Es que lo que hacen no tiene huellas temporales. No es moderno pero tampoco es antiguo y por eso pertenece a ese reducido grupo con pasaporte asegurado hacia la eternidad. De ahí al reconocimiento puede pasar mucho tiempo y puede incluso no llegar nunca pero ese es otro tema.

Por increíble que parezca no vienen ni de Islandia ni de ningún páramo desolado perdido en algún bosque de Europa, son de Philadelphia y ya llevan editados tres discos. Después de II hubo tiempo para proyectos solistas y hasta un excelente EP de versiones. En el 2009 apareció este disco y fue un pequeño alejamiento de lo que venían haciendo. Por empezar se han volcado a estructuras un poco más convencionales pero sin dejar del todo atrás la pátina psicodélica que siempre tuvieron.

Hay puntos de partida y en el caso de Espers se pueden reconocer influencias del folk inglés de fines de los 60 y principios de los 70; Pentangle, Steeleye Span y Fairport Convention, incluso la voz de Meg Baird tiene mucho que ver con la de Sandy Denny. Pero lo de Espers va más allá del simple reciclaje y posterior regurgitación, escuchen sino "The Road of Golden Dust". Sí, tiene que ver con Bert Jansch pero hay un misticismo que es propio, una melodía diferente, afinaciones de guitarra no convencionales y todo lo que hace falta para ser original sin inventar la pólvora. En Espers los momentos álgidos son esos en que uno escucha y no puede menos que pensar que hay algo negro por detrás de todo esto, ya sean drogas fuertes, pactos con Mefisto o simple inspiración mágica. Un claro ejemplo sería "That Which Darkly Thrieves", que sería algo así como “Algo oscuro que prospera”. Y no sólo por la letra, la música, sin apelar a estridencia alguna, se encarga de generar una atmósfera macabra y embriagadora. Esta vez la voz líder corre por cuenta de Greg Weeks, el alma máter del grupo. Casi al final del disco se encuentra la cereza del postre; "Colony", lento y ominoso, haciendo un uso magistral de los acordes menores para tejer una base monótona, hipnótica, en donde el resto de los instrumentos refuerzan la idea de noche de aquelarre, de tormenta inminente. Nunca estalla, no hay elemento fuera de lugar, es tensión latente y en eso los Espers son maestros.

No son prolíficos pero la música que hacen tampoco es sencilla y hoy en día nadie se muere por otro disco de Espers (ni por otro disco de nadie en realidad), pero viendo la evolución que han tenido, los pocos que todavía nos sentimos movilizados por cosas como esta… vamos a estar al pié del cañón: esperando.








Escuchar online en YouTube o en Spotify.







Chequear también:

Mellow Candle - Swaddling Songs
Mazzy Star - She Hangs Brightly
Espers - The Weed Tree



1 comentario:

chapasuñe dijo...

mas que atemporal, amargos diria.

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