jueves, 27 de mayo de 2010

Van der Graaf Generator - Pawn Hearts


No vamos a discutir en este momento la importancia (o no) del rock progresivo, sinfónico o como se lo quiera llamar. El género más cuestionado y ridiculizado de todos los subgéneros que ha parido el rock a lo largo de su historia, es también generador de pasiones inexplicables y fanatismos insólitos. Pero como lo que hoy nos atañe es Van der Graaf Generator, una banda que trasciende ampliamente el género en que se los coloca, vamos a ir al grano y a hablar de una obra magna; nada menos que de Pawn Hearts, el cuarto disco de estudio de VdGG.

Es fundamental remarcar que Pawn Hearts apareció en el año '71, cuando grupos como Genesis o Yes todavía estaban definiendo el estilo, con discos buenos, sí, pero nada similar a lo alcanzado por Peter Hammill y sus músicos acompañantes de turno.

Pawn Hearts es una obra conceptual, casi no hace falta aclararlo, desde la tapa se intuye. ¿Sobre qué exactamente? Sobre cómo somos peones en el juego de vaya-uno-a-saber-quien, que mueve los hilos, mientras nosotros, robotizados, asistimos lentamente hacia un fin lento e inexorable. ¿La salvación? Dentro de nosotros mismos, por supuesto. ¿Pertinente? ¿Contemporáneo? ¿Pretencioso? ¡Seguro! Pero quienes estén en contra de la grandilocuencia, mejor ni se asomen con VdGG, van a salir espantados. Aquellos adeptos al riesgo, al desenfreno musical y al (¿por qué no?) sinsentido utilizado como recurso discursivo… Bienvenidos sean.

El disco, estructurado en tres largas piezas, empieza con "Lemmings", arranca solemne, lenta y misteriosa. Casi en seguida aparece la voz demoníaca tan típica de Hammill, “profetizando desastre”. Justo antes del primer estallido musical; después de unas notas de teclados, flautas y un clima de suspenso, aparece otro pasaje completamente diferente, muy similar a la estructura de las formas tradicionales de la música clásica, pero con la salvedad de que se utilizan instrumentos de rock. Hay dinámica, sorpresa, intensidad y musicalidad. No es fácil digerirlo, es verdad, y menos en tiempos de inmediatez, de ir “a toda velocidad hacia la nada”. Bueno, el título es "Lemmings"… cierra por donde se lo mire.

Más o menos lo mismo pasa con "Man-Erg" la segunda sección del lado A en el LP original; otro paseo ciclotímico por el fascinante mundo de Van der Graaf Generator, incluyendo uno de los pasajes más desquiciados de toda la producción discográfica de la banda británica. La tercer parte, que originalmente ocupaba toda la cara B del disco tiene el siguiente título: "A Plague of Lighthouse Keepers: Eyewitness/Pictures/Lighthouse/Eyewitnes" y, como su nombre bien lo indica, es una especie de suite con diferentes secciones que fluyen y se mezclan con diferentes recursos. También sigue en la línea de los dos temas anteriores; despliegue instrumental admirable, momentos de calma, ciclones eléctricos disonantes y algunos de los fragmentos vocales más espeluznantes que jamás se escucharon a cargo de Hammill. "A Plague…" es un caleidoscopio musical. Lo tomás o lo dejás, es así de simple.

Con toda su inmensa cantidad de contradicciones y aciertos, este disco dividió, divide y dividirá opiniones, pero nadie en su sano juicio puede negar el coraje, las agallas y la materia gris que hacen falta para concebir una bestia deforme y sicótica como Pawn Hearts, de una banda que habitaba otro planeta diferente al nuestro; Van der Graaf Generator.







Escuchar online en YouTube o en Spotify.







Chequear también:

Van der Graaf Generator - H to He Who Am the Only One
Van der Graaf Generator - The Quiet Zone / The Pleasure Dome
Peter Hammill - Nadir's Big Chance


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